Tenía una novia que le gustaba el jazz, la fotografía y la marihuana, solo me quede con las dos primeras, pero probé todas y no me arrepiento de ninguna, de las noches interminables, de los amaneceres, del sexo que se confunde con el amor y del amor que se confunde con el sexo. Del alba, tan blanca como ella, tan pálida, y tan delgada como su voz, y tan oscura como su cabello mojado entre mis dedos. como sus bromas macabras, de las que no se reía, pero disfrutaba. Y yo solo veía tanto miedo en su corazón.
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